viernes, 9 de octubre de 2009

Juan L.Ortiz


Crepúsculo en el campo de Gualeguay

Nada más que un sueño amarillo que se va entre los talas

detrás de un vuelo bajo y encendido de verdes.

La luz es una nostalgia que alarga sus suspiros hasta las lejanías.

Los cardales secos, aéreos, de que color?

Este paisaje es mi alma y sera siempre mi alma.

Un espejo infinito para el cielo.

Sabéis, amigos, ahora, la causa de mi vaga tristeza?

De El Álamo y el viento (1947)

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